Febrero de 1970. La noble villa marítima de Viveiro (Lugo) reune a sus habitantes en torno la travesía principal. Un anónimo astronauta camina sobre la rocosa superficie de asfalto, bajo la atenta mirada del veterano y popular guardia municial, Silvino Sampedro Sánchez. La fotografía de Carlos Jiménez deja testimonio de esta inusual visita, 38 años atrás en el tiempo. El visitante recoge muestras de cemento, las guarda en su maleta y regresa por donde ha venido. Nadie ha podido explicar este fenómeno. ¿Que relacción guarda con la aparición en esta villa de
criaturas abisales en sus playas? Lo cierto es, que como ciertos colectivos audiovisuales vienen denunciando, la costa lucense atrae
a todo tipo de criaturas. Pulse en la imagen para acceder una vista más amplia del astronauta y las gentes.
Etiquetas: fotografía, Galicia